
Decidí desde muy pequeño ser realista, tener los pies bien puestos en la Tierra, saber que lo bonito siempre se acaba pronto, que cualquier relación llega a un punto en el que te colma la paciencia, y te ves obligado a renovar elementos y volver a empezar. Siempre he sido consciente que mis series preferidas se tienen que acabar, que mi PC acabará por llenarse de mierda y tendré que formatearlo, que mi canción favorita dejará de serlo después de haberme asqueado de oirla. O simplemente que cualquier día te pueden robar, asaltar, o matar, sin comertelo ni bebertelo.
No es que ande llamando a las desgracias, o que este siempre pensando en negativo, pero se que es una opción que esta siempre vigente, y que te puede tocar el premio y tener que comertelo tu solo. Creo que es mejor estar preparado para las cosas "malas". Malas entre comillas, porque tampoco son tan categóricamente malas. Son malas a su manera, experiencias que al fin y al cabo nos sirven para crecer, madurar, y toda esa mierda que nos venden después de que algo desagradable nos ha pasado.

Es dificil vivir con la preocupación y expectante a que algo perturbe tu tranquilidad aparente. He aprendido a luchar contra eso, ya lo tengo asimilado. A veces me gustaría ser como esos que flotan por el aire, sin preocupaciones y que nada les importa, pero otras veces agradezco este defecto, o virtud quizás, de estar esperando algo. Me mantiene alerta, y lo mejor es que las situaciones perturbantes ya no me cojen por sorpresa. Y lo más importante es que las caidas se me hacen menos dolorosas.
Es frustrante sentir que uno no puede confiar en nadie, y estar siempre con la incertidumbre de cómo reaccionará esa persona, hasta que hace lo que esperas y te demuestra la clase de persona que es.

Me considero un tipo de principios, una persona que actua sobre una sola linea, bajos sus valores morales y emocionales. Si hay algo que no va conmigo, simplemente no lo puedo hacer. Si no estoy de acuerdo con algo, lo digo. Si una situación me incomoda, me voy. Lo que no puedo hacer es ponerme la careta de cinismo e hipocresia, fingiendo algo que no soy, o demostrando algo que no siento. Y esto juega en mi contra, ya que la mayoria de las personas te dicen algo un día, y al pasar un par de horas su forma de pensar cambia radicalmente.
Es mi forma de ser, tratar de no crear vinculos con nadie que no se lo merezca, no dar segundas oportunidades. Quiero estar tranquilo, necesito refugiarme en mi sin nadie que me entorpezca mis largas conversaciones conmigo mismo, y sobretodo, repeliendo esos besos de Judas que tanto me ensuciaron en los últimos años.
